Debido a la Covid-19 es previsible que la instalación de energía solar fotovoltaica en el mundo se situé este año entre los 90GW y los 110GW; sin la pandemia, podría haber sido un 20-30% más alta.
Aunque la instalación de energía solar distribuida se ha frenando debido a la reducción de la mano de obra y a los retrasos en la cadena de suministro, es poco probable que se produzca un impacto sustancial en este sector como consecuencia de las cancelaciones. Sin embargo, los retrasos y aplazamientos en los proyectos a escala de servicios públicos bien podrían hacer que la comercialización de los proyectos afectados se prolongue hasta el año 2021
El mercado de la solar fotovoltaica de la Unión Europea podría superar los 10GW de instalación en 2020. A lo sumo, añade, la crisis podría retrasar la expansión del sector, pero no causaría ningún daño irreparable.
La electrificación del transporte y de la calefacción, las políticas relacionadas con el cambio climático y sobre energías renovables, junto con la generación de una electricidad fotovoltaica cada vez más competitiva son los principales impulsores de este sector.
La producción limpia de hidrógeno y la electrificación de los procesos industriales y comerciales aceleren la transición a las energías renovables en el futuro.
La energía solar fotovoltaica puede hacer una contribución positiva a la economía. Puede crear empleo y relanzar la economía, fortaleciendo y ampliando la fabricación de componentes solares en todos los segmentos de la cadena de valor.
El sector europeo de la energía solar fotovoltaica ha funcionado incluso con el inicio de la pandemia. España tenía un total de 9,8 GW de energía solar fotovoltaica instalada al finalizar 2019, y se espera que este año se instalen otros 1,6 GW. Alemania y los Países Bajos van a estar, también, entre las naciones con mayor instalación anual este año.
FUENTE: Energías Renovables