El aumento del precio de la electricidad hace más atractivo todavía el autoabastecimiento energético con placas solares fotovoltaicas, que al margen de ofrecer evidentes beneficios medioambientales supone un importante ahorro en uno de los principales costes variables de las empresas, con lo que se propicia que estas puedan ser más rentables y competitivas.
El incremento de la factura eléctrica afecta a las empresas y las industrias, particularmente las de sectores electrointensivos como por ejemplo el cementero, cuyo consumo de energía puede llegar a copar el 40% de sus costes variables.
Por ello, muchas empresas para evitar que la espiral alcista de la electricidad acabe fagocitando la viabilidad de sus negocios están optando por instalar energía solar fotovoltaica, y cubrir así las necesidades de abastecimiento de su actividad productiva.
El ahorro, los reducidos plazos de amortización y las ayudas hacen muy atractiva la autogeneración eléctrica
Con todo este fenómeno no es nuevo, pese a que se está acelerando por la vertiginosa subida del precio de la luz de los últimos tiempos, ya que según estudios de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) en 2020 de los 596 nuevos MW que se instalaron (que supusieron un 30% más con respecto a 2019) más del 56% correspondían a uso industrial, y todavía el porcentaje fue inferior al 70% de 2019, cuando todavía no había irrumpido la pandemia.
Así, aun antes de la subida estratosférica de la electricidad de los últimos meses la apuesta por la autogeneración eléctrica ya era bastante seductora para la industria, dadas las excelentes posibilidades de ahorro que aboca a amortizaciones de la inversión en periodos muy cortos de tiempo, en unos cuantos años que pueden ser 7, 6, 5 e incluso menos si se obtiene alguna subvención o ayuda de las que están concediendo o planean conceder las distintas administraciones sirviéndose del Fondo Europeo de Recuperación, que tiene entre uno de sus principales objetivos el fomento del uso de renovables y la mejora de la eficiencia energética, tanto a nivel doméstico como empresarial.
Antes de la última subida de la luz el consumo eléctrico era el primer gasto energético de las empresas
Si valoramos que el escenario previo a la subida de la luz ya incentivaba optar por la autogeneración, con el incremento del precio de la electricidad esta solución emerge como más recomendable todavía, máxime si tenemos en cuenta que de acuerdo a informes del Banco de España el consumo eléctrico era a comienzos de 2021 el primer gasto energético de las empresas españolas, suponiendo la mitad de su partida presupuestaria en este ámbito.
Incluso en las PYMES que en España totalizan el 95% del tejido empresarial el gasto en electricidad puede llegar a acaparar más del 2% del total de sus costes de adquisición de bienes y servicios.
La instalación de 425 kWp, al margen de restar 292.400 kg de emisiones anuales de CO2 a la atmósfera, permite ahorrar un 35% de la energía anual de la que se nutre la industria. Lo que traducido en cifras absolutas supone 55.000€ al año, implicando esto a su vez un plazo de amortización de la inversión muy corto, de apenas unos 5 años.
Lo mismo ocurre con industrias de otros sectores como el agroalimentario, donde también hemos desarrollado proyectos en los que la curva diaria de producción de electricidad mediante energía solar fotovoltaica copaba a la perfección las necesidades de consumo, lo que comportaba un ahorro de unos 32.000€/año, y un periodo de amortización aproximadamente también de un quinquenio como en el caso anterior.
Además, en algunas instalaciones tanto para industrias como para explotaciones agrícolas es factible la generación de excedentes que luego pueden volcarse a la red general, con lo que la rentabilidad de la instalación se maximiza todavía más.
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